Bienvenidos al Blog del Máster Universitario en Documentación


Creado en la Facultad de Documentación de la UAH.es

El Máster Universitario en Documentación está dirigido, por una parte, a titulados universitarios que deseen formarse profesionalmente en el ámbito de la Información y la Documentación en sus distintas vertientes. Por otra, a aquellos cuyo interés es realizar una tesis doctoral en este campo del conocimiento. El Máster resulta también de utilidad para los profesionales de la información que aspiren a mejorar su cualificación ante los nuevos retos de la sociedad de la información y del conocimiento.

La Recuperación de la Información (RI) en el siglo XXI

Ana Extremeño. Coordinadora del Máster en Documentación de la Universidad de Alcalá.

La gran revolución en las últimas décadas en la recuperación de información la ha protagonizado Internet, sobre todo a través de la web. Sin embargo, la balanza a menudo se inclina más a la cantidad que a la calidad. ¿Podemos los profesionales de la documentación mejorar esta situación?


Muchos autores vaticinan la desaparición de las bibliotecas donde la información se  almacena en un soporte físico. Otros, sugieren que más que desaparecer deberán evaluar y adecuar sus procesos y servicios a la nueva realidad marcada por el nacimiento del documento electrónico y a la extensión de la web, cuyo desarrollo implica la creación de un sistema de información que permita una consulta fácil y compartida por varios usuarios.
Sin embargo, los resultados obtenidos no siempre responden a las expectativas de las necesidades requeridas. Al ser la web un sistema abierto es inevitable no poder controlar elementos tales como  la heterogeneidad  de las fuentes de información,  la facilidad para poder publicar, la falta de control en la selección y tratamiento de la información, que conllevan un incremento muy notable de la cantidad que no siempre va parejo a la calidad. Sin olvidar que la recuperación de información se realiza directamente por el usuario utilizando el lenguaje natural lo que provoca problemas lingüísticos y sintácticos debido a la falta de normalización. Hoy más que nunca es necesario mejorar los procesos que facilitan la búsqueda y la recuperación de información para obtener resultados satisfactorios, tanto para el usuario como para los propios sistemas.

Una de las funciones más relevantes de la Documentación consiste en realizar un tratamiento en el input y en output de la información, a través dela indización y resumen de documentos, para optimizar la recuperación informativa.

Dentro de los contenidos en el Máster de Documentación de la Universidad de Alcalá y dentro del bloque correspondiente a IR (Information Retrieval,) se aborda este problema y se analizan los elementos y principios que  rigen el tratamiento documental  para analizar en qué medida podemos mejorarlos, puesto que de ello depende el éxito en nuestra búsqueda de información.  Es importante conocer y aplicar una metodología  que centra sus objetivos en la aplicación de estándares cualitativos mediante el uso de una serie de indicadores que nos permitirán la medición y mejora de las cuestiones relacionadas con la concordancia entre las necesidades del usuario y la recuperación de información. De este modo podemos dar respuesta a la pregunta que nos hacíamos al principio.


La documentación en el siglo XXI



Los contenidos del Máster en Documentación de la Universidad de Alcalá son un reflejo de la realidad profesional, académica e investigadora de la Documentación en el siglo XXI.

Purificación Moscoso. Directora del Máster en Documentación de la Universidad de Alcalá

      En la actualidad existen tres grandes áreas de actividad en Documentación: la denominada BIS (Bibliometrics, Informetrics and Scientometrics), la llamada IR (Information Retrieval) y la que se agrupa bajo Management. Existen, además, dos formas de aproximarse a cada una de ellas: la aproximación user-oriented y la aproximación system-oriented.

      Estas tres grandes áreas son las que estructuran los contenidos del Máster en Documentación de la Universidad de Alcalá, que se abordan desde las señas de identidad que configuran la Documentación en el siglo XXI.

      La Documentación tiene una doble vertiente, teórica y práctica, es interdisciplinar, se encuentra inexorablemente unida a las tecnologías y posee una clara dimensión humana y social.

      Su componente teórico se centra en la investigación de las propiedades y el comportamiento de la información, así como en las relaciones que existen entre ésta y los usuarios. Su componente práctico se debe a que la Documentación trabaja con datos del mundo real y se enfrenta a los problemas que entraña la generación, el almacenamiento, el acceso y la difusión de información en cualquiera de las formas y los soportes disponibles.

      Lo característico del frente BIS (Bibliometrics, Informetrics and Scientometrics) es que la perspectiva es siempre métrica, lo que no significa que ignoren las aproximaciones centradas en los usuarios o en los sistemas.

      En el frente llamado IR (Information Retrieval) se analizan los procesos para la recuperación de la información, tanto desde el punto de vista de los usuarios como de los sistemas y sus correspondientes interacciones.

       El denominado Management se ocupa de la gestión de los centros de documentación, las bibliotecas y los archivos desde dos perspectivas fundamentalmente: optimizar los servicios a los usuarios y desarrollar sistemas orientados a la gestión de estas organizaciones.

      Por otra parte, la Documentación está inexorablemente unida a las tecnologías. La revolución tecnológica transformó el proceso de transmisión del conocimiento, motivó la aparición del documento electrónico e hizo posible configurar nuevos entornos de trabajo.

      Por último, la Documentación tiene una fuerte dimensión humana y social, que subyace y a su vez se superpone al componente tecnológico que rige la dinámica de la investigación y la práctica en esta disciplina.

      La Documentación ha contribuido de forma significativa a la evolución de la sociedad post-industrial a la actual sociedad de la información y el conocimiento, a nuestra sociedad en red.

Google ¿oportunidad o amenaza?


Julio Cerdá. Profesor del Máster en Documentación de la Universidad de Alcalá.
            
         Es una cuestión de plena actualidad. Hace cinco años el New York Times publicaba en titulares “Google tiene un plan para dominar el mundo”. Un titular periodístico que fue contestado por los empleados de la compañía con un mural en el vestíbulo de su sede central donde proponían, en clave de humor, nuevos proyectos para llevar a cabo ese plan de dominación universal.  Dejando al margen anotaciones disparatadas como “un espejo gigante refleja la luz solar en el lado que está a oscuras de la Tierra, y así la gente se mantendrá despierta por la noche, de modo que así podrán utilizar Google todavía más”, lo que más sorprende es que muchas de esos proyectos entonces impensables  se han hecho  realidad, como la tecnología de telefonía por Internet (Google Talk) o las pasarelas de pagos (Google Payment). En cualquier caso, lo cierto es que Google sigue y sigue creciendo, y en última instancia, su objetivo como empresa, así lo afirman sus directivos, es disponer de la red de publicidad más fuerte y de toda la información del mundo.
            Nunca hay que olvidar que Google es una empresa centrada en hacer de mediador entre los usuarios y los contenidos que desean localizar, pero Google no crea ni es propietaria de contenidos, lo que está haciendo es transferir hacia sí el patrimonio informativo que está en manos de otros propietarios o gestores de esa información, por lo que en ese sentido, las instituciones o empresas del sector de la información podrían sentirse amenazados. La frase “controlar toda la información del mundo” puede parecer una frase hecha, un titular para los medios de comunicación, y seguramente es así, pero realmente es una declaración de intenciones, y así lo está demostrando con el incesante desarrollo de nuevas herramientas que van mucho más allá de su objetivo inicial de facilitar las búsquedas en Internet.
Aún asumiendo todos esos riesgos dada la omnipresente posición de Google en el mundo web no parece demasiado inteligente querer escapar a su influencia. Nadie parece dudar del potencial de las herramientas que proporciona, su valor principal es su accesibilidad, sin coste en sus versiones básicas, sin depender de la adquisición de licencias, y compartiendo su uso con uno cuantos millones de usuarios del planeta. Centrándonos en la herramienta más relacionadas con nuestra disciplina debemos mencionar Google Books.
Google Books se presentó en la feria del libro de Frankfurt en 2004, con el nombre de Google Print, con el objetivo de dar acceso vía web a la información contenida en 15 millones de volúmenes en el plazo de una década. La gran novedad era la posibilidad de realizar búsquedas a texto completo sobre el contenido de la obra, y en los casos de estar libres de derechos de propiedad intelectual, incluyendo la descarga de la publicación. Cuando  son obras que se comercializan, su número ha crecido exponencialmente, sólo se muestran unos párrafos o páginas de la obra, y se remite al usuario a la librería o editorial correspondiente, y ese es precisamente su gran nicho de negocio. En los orígenes del proyecto Google sólo se centraba en destacar la inversión que había realizado para digitalizar y difundir las prestigiosas colecciones de las bibliotecas de Michigan, Harvard, Stanford, Oxford y la Biblioteca Pública de Nueva York., a las que se han sumado en España la Universidad Complutense y Biblioteca de Catalunya, además de otras bibliotecas[i], pero en los últimos tiempos está primando su estrategia comercial, intentado captar a más editores para que valoren esta nueva vía de comercialización. Este es realmente el objetivo último de la plataforma, vender libros, o hacer de mediador con las editoriales o librerías. Sin poder negar la labor de difusión que realizan, especialmente por su potente sistema de recuperación sobre el contenido de las obras que facilita el procesamiento por OCR.
Pero en absoluto todo son ventajas. Sorprende, o más que sorpresa es una sospecha, que se hayan obviado utilidades esenciales de búsqueda, naturalmente que con toda intencionalidad, y que si se tratara de un sistema público de gestión de la información estarían sin duda presentes. En un sistema que gestiona información universal no es posible realizar una búsqueda tan elemental como obras editadas en un país en concreto, y no existe un sencillo campo combo, de texto controlado, para localizar las obras de determinada biblioteca que haya cedido su colección, igualmente resulta insólito que no esté normalizada una búsqueda tan esencial como el nombre de un autor. Toda esa información está vetada por el sistema. En cierto modo, aplicando la misma estrategia comercial de algunos grandes almacenes que convierten sus pasillos en laberintos, se busca que el cliente permanezca más tiempo en sus manos,  más tiempo de permanencia implica más posibilidades de compra, y por tanto, más ingresos. Es ahí donde se hace presente que Google es una empresa de tecnología que basa sus ingresos en la publicidad, y en el caso de Google Books también en las ventas, aproximadamente un tercio es para Google y el resto para el propietario de los derechos de comercialización.
        Otro tema son los diversos frentes judiciales abiertos, por supuesta prácticas monopolísticas y por vulneración de derechos de autor y propiedad intelectual. En cualquier caso, se ha ido dejando de lado el sentido altruista que indicaban sus promotores en los inicios del proyecto.  Hoy por hoy, Google Books es una es una potentísima herramienta que da soporte a una no menos potente línea de negocio.


Firma de libros en la Feria del Libro de Madrid


Pascual Barberán Molina, alumno del Máster en Documentación de la Universidad de Alcalá, firma hoy ejemplares de su libro Manual práctico de propiedad intelectual en la Feria del Libro de Madrid, entre las 12:00h y las 14:00h

La Documentación: un nuevo nicho de mercado para los profesionales de la Educación



Mónica Izquierdo. Profesora del Máster en Documentación de la Universidad de Alcalá.
La Información y Documentación es un área interdisciplinar cuyo objeto de investigación y estudio se abre a ámbitos próximos como la Educación.  La presencia de la Documentación en este área deja de ser una técnica meramente instrumental para convertirse en una poderosa aliada, ante las necesidades de gestión de toda la comunidad educativa. Surgen así nuevos nichos de mercado para los maestros y profesionales de la información debido a las nuevas necesidades de organización, tratamiento y comunicación de los recursos, en contextos educativos. Y todo ello, con el fin de mejorar y transformar las prácticas educativas, abiertas a la innovación tecnológica, la gestión del conocimiento y la creatividad. Estos espacios emergentes, que superan el contexto tradicional de la biblioteca escolar, necesitan de una mutua y redimensionada colaboración entre los profesionales de la Educación y del mundo de la Información y Documentación. Esta sinergia, fruto del auge de la World Wide Web y de las  TIC´s asociadas, con la consecuente revalorización de la alfabetización informacional en todos los niveles educativos, supone un rico complemento formativo para el alumnado en Ciencias de la Educación, así como para todos  los profesionales en activo del mundo educativo.


El documento electrónico no existe hasta que alguien “lo llama”



La generalización del documento electrónico ha tenido consecuencias fundamentales para la Documentación, que afectan a sus focos de interés, a conceptos tradicionales y al ejercicio profesional.

Purificación Moscoso. Directora del Máster en Documentación de la Universidad de Alcalá

La tecnología ha sido el principal motor de la evolución de la Documentación desde la segunda mitad del siglo XX hasta nuestros días. Y lo ha sido por dos razones fundamentales. La primera, porque al reducirse a prácticamente cero el flujo de información flotante, es decir, el tiempo que pasa la información en el canal de comunicación, el proceso de transmisión del conocimiento experimentó una revolución sin precedentes.
La segunda razón es la consecuencia de la asociación información-tecnología, que dio lugar a la aparición del documento electrónico, cuyos atributos no son inherentes al contenido del documento, sino a la tecnología.

La generalización del documento electrónico afecta, en primer lugar, al mismo concepto de documento, que hasta la irrupción de la revolución tecnológica siempre había estado asociado al soporte. Sin embargo, al desvincularse la información del soporte, se desvinculan también las características que conformaban la antigua idea de documento del nuevo concepto.

Es claro que las características que definían la antigua noción de documento se identificaban con la idea de documento impreso, cuyo rasgo principal es que el soporte en el que se registra la información es, al mismo tiempo, medio de almacenamiento e instrumento informativo, es decir, medio para acceder a la información.

Sin embargo, la irrupción de un concepto clave, hipertexto, cuyos orígenes se remontan al imaginario invento descrito por Vannevar Bush en “As we may think” en 1945, sentó las bases de un claro cambio de paradigma. Y cuando la tecnología hizo posible el desarrollo de sistemas hipertextuales terminó por fragmentarse definitivamente la vieja idea de documento. Porque al mismo tiempo que estos sistemas favorecían la fragmentación de la información en partes que el usuario podía relacionar, se desintegra la estructura secuencial característica de los documentos impresos, así como el documento mismo.  

El documento electrónico no deja de tener soporte, pero el documento no existe hasta que alguien lo “llama”. Hasta ese momento existen piezas hipertextuales que están distribuidas en la Red, entre una y miles. Al “llamarlo”, el ordenador cliente recibe las piezas y las integra para componer el documento, que en la Red está desestructurado. De esta forma, la Red actúa de medio de almacenamiento y el ordenador cliente –o los servidores físicos necesarios para componer el documento- actúa de soporte.

En este sentido, las cosas no han cambiado, sigue existiendo un soporte. Lo que ha cambiado es que no es posible recuperar la información en los medios en los que se almacena. Se necesitan otros instrumentos porque la información se ha desestructurado. El soporte del documento electrónico no es almacén e instrumento informativo, como lo es en el documento impreso.

Por otro lado, el documento electrónico es infinitamente replicable y muy fácilmente manipulable. Ambas características influyen en las nociones de origen, autoría, autenticidad y fiabilidad asociadas al antiguo concepto de documento. Afectan, también, a la percepción tradicional del documento como una entidad física unitaria.

Por una parte, no existe el original, cualquier copia es tan original como la primera, salvo que se pongan fechas, y aún así rastrear el original en la Red podría convertirse en una empresa sin sentido, en la medida en la que los documentos también son infinitamente manipulables.

Por otra, la posibilidad de manipular y recomponer de forma constante los contenidos de los documentos electrónicos diluye la idea de autoría, ya que tanto el “autor original” como el “usuario autor” tienen la misma capacidad para crear, publicar y distribuir.

Por último, el documento electrónico no es una entidad física unitaria y estática. Por el contrario, es una entidad dinámica creada por los propios usuarios, que generan documentos conforme asocian ideas e informaciones.

Todo ello también ha tenido consecuencias significativas en el ámbito profesional. La primera tiene que ver las nociones de acceso y de propiedad.

En el documento impreso el acceso está condicionado por su lugar físico de almacenamiento, por lo que el espacio se constituía en un elemento fundamental y la ordenación de los fondos era una labor necesaria. El acceso al documento electrónico no se asocia a espacio ni lugar de almacenamiento alguno, porque la información es ubicua. El entorno web solucionó el problema de la necesaria ubicuidad de la información, garantizando al usuario que se encuentre donde se encuentre la información podrá llegar a ella.

El concepto de propiedad también ha experimentado un cambio radical, pero no es cierto que ya no tenga sentido tenerla en cuenta. La propiedad existe, si cabe, más que antes, pero es otro tipo de propiedad. Lo relevante, en nuestros días, no es la propiedad de los soportes, sino la propiedad de los contenidos. Se trata de la propiedad de los derechos de copia, que se manifiestan en la venta de licencias. Ahora, el propietario de los contenidos no es quien los tiene, sino quien tiene los derechos. Antes, la idea de propiedad recaía sobre las bibliotecas y los centros de documentación, que gestionaban la adquisición de documentos, y al ser los centros los depositarios eran también los propietarios de los contenidos. Con los documentos electrónicos no se gestiona su adquisición, sino licencias de acceso.

Y al mencionar al usuario, no podemos obviar cómo también este concepto se ha visto afectado en la medida en que los usuarios potenciales pasan a ser cualquier ciudadano del planeta.

Con la generalización del documento electrónico la idea de una biblioteca “sin muros” cobra ahora todo su sentido.

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